lunes, 26 de septiembre de 2011

cultura y gastronomia de puebla

                  Estado que se localiza al oriente de la capital de México es resultado de un largo proceso de mestizaje que inició en la época colonial y continúa hasta nuestros días. El patrimonio del estado está constituido por obras tangibles e intangibles, algunas de las cuales son consideradas Patrimonio de la Humanidad. Puebla y su cultura aparecen ligados en el contexto mexicano con su tradición gastronómica, la religiosidad de sus habitantes y las chinas poblanas. Sin embargo, Puebla también es un mosaico de culturas, donde la herencia novohispana se mezcla con los vestigios de culturas milenarias y la presencia de numerosos pueblos indígenas que modelan entre todos la identidad de los poblanos, identidad en la que están implicados sucesos históricos relevantes en la historia mexicana como la Batalla de Puebla.
                   Uno de los íconos más representativos del nacionalismo mexicano es la china poblana, que a pesar de ser un personaje propio de todo el centro del país, tras la confusión entre el personaje del pueblo y la China poblana histórica (Catarina de San Juan) quedó ligada en el imaginario popular mexicano a la Angelópolis. Otros aspectos que se relacionan con los poblanos son la riqueza de la gastronomía del estado, que incluye una variada gama de platillos, entre los que se encuntran los chiles en nogada y el mole poblano.       
                   Puebla es ampliamente conocida en México como el sitio donde se elabora la cerámica de talavera mexicana, que se vende a precios estratosféricos en los mercados de artesanías y fue empleada intensivamente en Puebla como elemento decorativo arquitectónico. Otro elemento importante que distingue a Puebla es la fama de la religiosidad católica de sus habitantes: uno de los mitos más comunes del estado es que en él se encuentra Cholula de Rivadavia, Se dice que Cholula tiene 365 iglesias,pero esa es una leyenda surgida en la época de la conquista, en realidad solo hay unos 45 edificios religiosos en ella.
 
                   El mole poblano y los chiles en nogada. Sobre el mole, la leyenda dice que fue creación de sor Andrea de la Asunción, del convento de Santa Rosa en la ciudad de Puebla. Esta monja habría creado el platillo en ocasión de la visita del obispo a su congregación. En la leyenda, el nombre del plato se asocia con una expresión de admiración de una compañera de Andrea de la Asunción al ver a ésta moliendo los ingredientes afanosamente; aunque se sabe que el origen de la palabra mole es de origen náhuatl y que la mezcla de chiles secos o frescos en la confección de salsas era una práctica común en las gastronomías mesoamericanas precolombinas. A esta base de chiles, uno de los ingredientes básicos de la gastronomía mesoamericana, se sumaron las especias y los aceites llegados con los españoles, que dieron origen a los moles contemporáneos, cuya preparación de ninguna manera es exclusiva de Puebla, aunque el mole más conocido sea precisamente el poblano.
                    Con los chiles en nogada ocurrió algo similar que con el mole. Este plato no es otra cosa que un chile poblano relleno de picadillo de carne de res y frutas, bañado en salsa de nueces de Castilla (el fruto del Juglans regia) y queso de cabra y espolvoreado con granos frescos de granada y hojas de perejil. La leyenda asocia la creación de este platillo con una monja del convento de Santa Rosa, también en la ciudad de Puebla. El plato habría sido confeccionado en honor de Agustín de Iturbide, en ese tiempo, emperador de México. Sin embargo, la nogada aparece en recetarios del siglo XVIII, por lo menos un siglo antes de la independencia de México, y el chile en nogada no aparecerá en estos recetarios hasta mediados del siglo XIX, treinta años después de la abolición del Primer Imperio Mexicano.
                    Puebla es posible encontrarse con gran cantidad de platillos, desde antojitos como chalupa, cemitas, tortas, tamales de diversos estilos; hasta alta cocina internacional y bebidas tan particulares como la pasita, única de la Angelópolis. En toda Puebla, la base de la comida es el maíz, el frijol y el chile, y estos tres elementos se combinan para producir una gran cantidad de platillos, como las enfrijoladas, que se consumen en cualquier localidad poblana. Además de la capital, la cocina poblana se diversifica en cada una de sus regiones, donde incorpora características particulares dependiendo de los recursos e ingredientes disponibles. Por ejemplo, está el mole de caderas de Tehuacán, que se prepara en honor del Festival de la Matanza, en que se sacrificnn los chivos de los hatos familiares. En la Mixteca, el repertorio gastronómico incorpora insectos como los cuetlas y los jumiles; cactáceas como la biznaga y la pitaya; frutos tropicales como el zapote negro; y a base de huajes se prepara el huaxmole. En el centro del estado se pueden encontrar mixiotes, barbacoa y pulque; todos deudores del maguey; además, está la gran tradición de lácteos de Chipilo, donde los descendientes de los vénetos establecidos en la región continúan produciendo quesos al estilo de Italia.

                   Cabe mencionar que dentro de la Cocina Típica Poblana destacan una amplia variedad de dulces y vínos de Exquisito sabor producidos en las diferentes regiones de Puebla, entre ellos mencionamos a los Polvorones Poblanos, Camotes de diferentes sabores, Alegrías elaboradas con Amaranto y Miel de Abeja, Palanquetas de Cacahuate, Sidra producida en Huejotzingo y Vinos de diferentes sabores producidos en Zacatlan de las Manzanas y Acajete, Rompope elaborado por las Monjas de Santa Clara.
Puebla es posible encontrarse con gran cantidad de platillos, desde antojitos como chalupa, cemitas, tortas, tamales de diversos estilos; hasta alta cocina internacional y bebidas tan particulares como la pasita, única de la Angelópolis. En toda Puebla, la base de la comida es el maíz, el frijol y el chile, y estos tres elementos se combinan para producir una gran cantidad de platillos, como las enfrijoladas, que se consumen en cualquier localidad poblana. Además de la capital, la cocina poblana se diversifica en cada una de sus regiones, donde incorpora características particulares dependiendo de los recursos e ingredientes disponibles. Por ejemplo, está el mole de caderas de Tehuacán, que se prepara en honor del Festival de la Matanza, en que se sacrificnn los chivos de los hatos familiares. En la Mixteca, el repertorio gastronómico incorpora insectos como los cuetlas y los jumiles; cactáceas como la biznaga y la pitaya; frutos tropicales como el zapote negro; y a base de huajes se prepara el huaxmole. En el centro del estado se pueden encontrar mixiotes, barbacoa y pulque; todos deudores del maguey; además, está la gran tradición de lácteos de Chipilo, donde los descendientes de los vénetos establecidos en la región continúan produciendo quesos al estilo de Italia

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